"El hombre nuevo es aquél que sabe luchar en el auge y en el repliegue, en la victoria parcial o en el revés temporal. Debe luchar, aún sabiendo que la victoria final no está próxima o que incluso no la verá. La lucha de los trabajadores exige no solo interpretar el mundo, sino transformarlo".
GERMAN CARO RÍOS

19/5/12

EL COLABORACIONISMO SINDICAL DEL CEN SUTEP (PATRIA ROJA)


La  ola  neoliberal  ha introducido  nuevos  conceptos  y  valores  en la sociedad  post moderna.  Si  las  revoluciones  liberales  del siglo  XVIII  derribaron  los  Estados  Monárquicos  para  edificar  el  Estado -  Nación,  la  democracia,  la   separación y  equilibrio  de poderes,  la  ciudadanía, el industrialismo,  los  derechos humanos,  etc.;  el  neoliberalismo,  en  cambio,    representa  el  imperio  del mercado,  el poder  absoluto  de los  grupos  empresariales, políticos  y militares  que  gobiernan  el planeta  bajo  la egida  del  capital. En  el  fondo el  neoliberalismo  representa  la  negación  del liberalismo   y  traduce  el  agotamiento  de  un modelo de desarrollo  que  lejos  de  construir  democracia  para  todos  la  ha  restringido  para  unos pocos,  de  ahí  que  las  "democracias  más  desarrolladas"  sean  las  que  mayores  desigualdades  conservan  en  su  organización  social.  El  movimiento  internacional  de los indignados  creado  en  España  para  combatir  el  poder  las  poderosas  entidades  bancarias  es  una  evidencia  de este  proceso de agotamiento del neoliberal  en  el mundo. La  segunda  gran  crisis  del  capitalismo  en  el mundo.

El neoliberalismo  no  crea  una  cultura de  ciudadanos,  sujetos  de derechos  y  obligaciones  respecto  del  Estado  y de la  sociedad.   En cambio,  crea  una  sociedad de  consumidores,   una  sociedad  de  los  que  más  tienen  porque para  ellos  está  reservado  el  consumo,  el resto  al  diablo,  a  frustrarse  en la pobreza  y miseria,  en la  sociedad  de los  excluidos.  

Si la  revolución industrial  creó al proletariado  y  junto  a  ello  a  los  sindicatos,   el  neoliberalismo ha  creado  un nuevo fenómeno  social  en la  clase  trabajadora:  el  colaboracionismo sindical. 

Asumen  el  colaboracionismo  quienes  han admitido la impracticabilidad  del cambio social,  quienes  se  han  rendido  frente  al  vasto  y demoledor poder  de  quienes manejan los  hilos  del  poder  mundial.  Ciertamente,  siempre  hubo  colaboracionismo  sindical (la  CTP  aprista)  por ejemplo, pero  su  poder  de influencia  no  era  decisivo  y  su  radiación era  escasa.  Hoy  el  colaboracionismo  sindical  tiene influencia  en  los  núcleos  del  poder;  se  ha  recreado  a  partir  del manejo  de pequeñas parcelas  de poder, la  Derrama  Magisterial  por ejemplo.  No  deciden  arriba;  deciden por los  de  abajo  asumiendo  una  representación  que apenas  existe, sin  legitimidad  alguna.  He  allí  el  peligro  porque  asumen  una  representación  complaciente  con  el poder, no  se  enfrentan  al poder, conviven, medran  del poder  de los  de  arriba.

El colaboracionismo  sindical  es la  negación  del  sindicalismo  clasista.  Representa  al patrón  de  turno, incluso  reciben  encargos  para  el  diseño de políticas  legislativas,  por ejemplo la  nueva  Ley del  Profesorado  promovida  por  el  CEN  SUTEP (Patria  Roja)  para  desviar  a  los  trabajadores del  núcleo  central  de  las  contradicciones  porque  más  beneficioso para  sus intereses  es la paz  social,  el  no  hacer  olas  porque  esto   es  nocivo para  la  "convivencia democrática".

Su  mayor  logro  es  formar parte  de las  mesas  de trabajo,  de  las mesas  de concertación  y de  tanta  comisión  creada  por
el  Estado  empleador para apagar  la lucha social, mientras  las  dirigencias  aseguran  comisiones bajo la mesa  colocando  en plato   fácil los intereses de los  trabajadores.  Para  arrancar  la  sonrisa  suelta  de los  patrones  se  llaman  incluso  "partido  comunista  del  Perú".

Corresponde   a la  clase  trabajadora  combatir  al  colaboracionismo  sindical,  denunciar  sus  conductas  pro patronales  de  cara  a los  trabajadores.

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