"El hombre nuevo es aquél que sabe luchar en el auge y en el repliegue, en la victoria parcial o en el revés temporal. Debe luchar, aún sabiendo que la victoria final no está próxima o que incluso no la verá. La lucha de los trabajadores exige no solo interpretar el mundo, sino transformarlo".
GERMAN CARO RÍOS

12/7/09

PARA TENER EN CUENTA

DE LA LUCHA REIVINDICATIVA A LA LUCHA POLÍTICA.

Hasta hace poco sólo las vanguardias de las organizaciones políticas y sociales - no todos- entendían que sus luchas iban más allá de las meramente reivindicativas.Como quiera que la lógica de la dinámica del modelo de libre mercado iría empujando a polarizar aún más las luchas sociales, se preveía que en cualquier momento surgiría una respuesta a tal ofensiva del sistema capitalista.

El 5 de Junio, con su secuela de muertos, que lamentamos, marcó el punto de inflexión en la política peruana y correspondió a los hermanos amazónicos pararle el macho a la sostenida implementación del modelo neoliberal.

La derogatoria de los decretos legislativos 1064 y 1090, si bien es cierto es una victoria parcial, puesto que aún quedan abundantes dispositivos en el marco de la aplicación del TLC, ha permitido entender al grueso de peruanos que esa lucha que parecía ser exclusivamente reivindicativa, en el fondo es una lucha política.

La privatización de los puertos, del mar territorial, de los recursos forestales e hídricos, de la salud, de la educación vía municipalización e implementación de la ley 29062 de CPM, entre otros, están refrendadas en el marco jurídico de una constitución política fraudulenta e ilegítima.

Siendo así, las luchas del pueblo peruano últimamente expresadas en la de los pueblos amazónicos, de Andahuaylas, Sicuani, Chumbivilcas y las sectoriales como del magisterio nacional y los trabajadores de ESSALUD que preparan una jornada para el 14 de Julio, constituyen luchas políticas que demandan el inmediato cambio de modelo económico, contra la implementación del TLC, derogatoria de todas las leyes de inspiración neoliberal y por nueva constitución política del estado.

En esa perspectiva, urge buscar la confluencia de todos los sectores anti imperialistas y vertebrar un movimiento o frente amplio con una dirección clasista y no reformista, que garantice que las oleadas sociales nos permitan ir acumulando fuerzas e ir conquistando derechos perdidos, hasta situarnos en mejores condiciones estratégicas y entonces poder emprender luchas en mayor escala cualitativa y cuantitativamente. Por ahora ese es el esfuerzo al que hay dedicarle tiempo, los hechos posteriores nos exigirán inevitablemente un nivel de coordinación aún más permanente, al que estamos dispuestos a contribuir.

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