(Volvieron a filtrar el examen para nombramiento)
Por: DANTE CRUZ RODRÍGUEZ
willdant@hotmail.com
La desfachatez volvió a mostrarse en el Ministerio de Educación. No puede llamarse de otra manera a los hechos que han originado la suspensión del examen de nombramiento que iban a rendir más de ciento setenta y tres mil maestros a nivel nacional, cuya convocatoria para el 13 del presente quedó aplazada hasta el domingo 27 de este mes.
Por: DANTE CRUZ RODRÍGUEZ
willdant@hotmail.com
La desfachatez volvió a mostrarse en el Ministerio de Educación. No puede llamarse de otra manera a los hechos que han originado la suspensión del examen de nombramiento que iban a rendir más de ciento setenta y tres mil maestros a nivel nacional, cuya convocatoria para el 13 del presente quedó aplazada hasta el domingo 27 de este mes.
La aplicación de esta prueba no podía ser diferente a las anteriores ejecutadas por el Ministerio de Educación, capitaneado por el otrora universitario reprobado, Antonio Chang. Sólo que en esta ocasión las condiciones de sortear el vendaval se le acortaron y optó por suspenderla. ¿Pero qué fue lo que originó dicha suspensión? ¡Oh! Gran novedad: el examen se filtró. Y entonces aquí cabe una pregunta de cajón: ¿Y cuál es la prueba para nombramiento que ha tomado el ministro Chang y que ha estado libre de sólidas evidencias de haber sido filtrada antes de su aplicación? Su memoria señor ministro le responderá: ¡Ninguna!
¿Qué significa señores del MED que en ciertos exámenes aplicados haya habido varios familiares obteniendo un mismo y alto calificativo (hasta con décimas)? ¿Qué significa que en una ocasión apenas iniciado la aplicación de la prueba una conocida emisora radial de alcance nacional ya contaba con una copia en sus estudios? Y ni que decir de lo que se escucha en cada proceso evaluativo. ¿Qué significa dar resultados oficiales y a las dos o tres horas cambiarlos por otros? ¿Qué significa señor ministro que todas sus pruebas de estas características hayan estado empañadas por escándalos de este tipo?
Lo ocurrido ahora no es otra cosa que el denominador común de las pruebas aplicadas por este Ministerio de Educación. Vergonzosos actos han acompañado a las evaluaciones del ministro Chang. Pero esta vez alguien podría decir: el ministro tuvo el coraje de suspender el examen. Eso para los ingenuos. Pues al señor Antonio Chang no le quedaba de otra. Estaba abrumado con las evidencias de que su examen ya estaba afuera. Y fue la acción policial la que le puso contra las cuerdas, al detener a dos o tres personas con la prueba verdadera en las manos. Fueron entonces estas intervenciones y la inminente e irrefutable demostración de los hechos anómalos los que empujaron al ministro de educación a dar su anuncio de aplazamiento.
Y sobre los responsables, señor ministro, no trate de desviar el tema. Es verdad, existen dos o tres docentes detenidos, y deben procesarlos; pero el viaje del delito no se inicia aquí, sino en la filtración de la prueba apenas terminada su elaboración. ¿Y sabe, señor ministro? Los que toman parte en dicha filtración no son otros que ciertos funcionarios corruptos de su ministerio. No se sabe si por cuenta propia o por orden de alguien (es más seguro esto último).
Señor Chang, esta es una burla más para los miles de maestros. No puede ser posible que usted se haya pasado cinco años aplicando exámenes que ya antes se le habían escapado de sus manos. ¿Le hicieron el avión señor ministro? ¿Investigó e identificó a los responsables? ¿Y qué garantía de limpieza ofrece la prueba del 27? Señor Antonio Chang, esto no es muestra de seriedad ni transparencia, y por tanto no educa.
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