MAESTRO CAMINANTE
Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;
caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
(Antonio Machado)
¿Porqué no quieren que camine?
Si sólo soy un maestro
que quiero llegar al sol
entre tantos muertos.
¿Porqué cortan mis venas?
Si sólo canto coplas de justicia social.
¿Porqué tanto miedo?
Si sólo soy un maestro.
Dejadme partir que encenderé
cientos de fogatas de amor y esperanza
que es la razón de mi existir
además nunca me fui de tu lado
siempre estuve a tu costado.
MAESTRO COMPAÑERO
En las altas cordilleras
blancas de niebla y de frío,
así es el ande milenario
así es el Ande Frío.
Allí el metal del cerro
Plagado de todo forastero
Siempre sueña
como buen timadero pagarnos
con nuestro propio dinero
Donde existen
espléndidos dolores
y toda clase de enfermedades.
Donde todo
es un camino al gólgota
de la vida agobiada y lastimera
donde el témpano
entra al hueso frío
para convertirse en fuego
y ardor
para un nuevo fragor
del bramido del hombre andino
donde la voz del maestro
es singular y
siempre es escuchada
Allí el maestro
que es tu compañero
comparte ese dolor lastimero
Allí buscan un pan
arañando el fin de la tierra aquellos mineros,
aldeanos, labriegos y alpaqueros
que viven días lastimeros.
Maestro andino
maestro de la selva
maestro minero
maestro alpaquero
maestro paria
pronto vendrá la manumisión del grito
andino que quiere justicia y libertad.
NUESTRO CANTO
Soy un cantor
que canta coplas del alma
que estallan en mi corazón.
Soy un cantor
que quiere callar el silencio.
Soy una cantor
de sueños postergados.
Soy un cantor
que no se queda callado.
soy un cantor
que no se queda a un lado. Porque pronto ha de llegar
el fragor de un nuevo tiempo.
Y cuando lleguen
esos días
seré un cantor de un solo canto
que cree en la locura
y en la esperanza
porque nuestro será
el sol,
el agua,
el cielo,
el mar,
la tierra,
los pájaros
y nuestro canto.
MAESTRO POETA Y LUCHADOR SOCIAL
Es bueno el silencio y el dolor
para escuchar el grito del alma
para arrancar lágrimas y verlas rodar por las mejillas...
(Juan Alberto Castro)
Había una vez
un gran maestro, poeta y luchador social.
Todos decían que era de una clase rara
hasta decían que su especie
estaba en extinción.
Con sus manos limpias
moldeaba la arcilla de barro
por un futuro mejor.
Su canto
era su única carta de presentación.
Un amanecer de frío otoñal ,
sus colegas,
sus alumnos y padres de familia,
discípulos todos de él
lo recepcionaron y lo ovacionaron
por sus sabias enseñanzas.
fue tan aplaudido
que él se sintió inmensamente feliz
pero nunca perdió su humildad.
Otro día en una velada resplandeciente
el maestro, poeta y luchador social
con el poemario en mano alta
comenzó a declamar
sus versos de fuego lumbre.
Todos atónitos escuchaban
con ojos casi brillosos
como nueva aureola
de un nuevo amanecer.
La manera
como el auditorium pletórico
escuchaba era inarrable.
Había un silencio infinito
sólo se escuchaba la voz potente
del maestro, poeta y luchador social
verso tras verso
estrofa tras estrofa
prosa tras prosa
rima tras rima.
Sus palabras parecían tener aroma
de rosas, geranios, claveles
todos bermejos encendidos de rubí.
sus poemas eran largos,
directos y muy sencillos.
El poeta gustó
el auditorium atiborrado
también lo aceptó.
Cuando estaba en la mitad
de lo mejor de su oratoria
y cuando el auditorium se encontraba
en lo más alto de su limbo gozoso,
el poeta calló,
sus ojos se oscurecían y se humedecían.
Se le nublaban por la metáfora suplicia y desgarradora
pero también inmensamente esperanzadora.
El maestro, poeta y luchador social
respiró hondo y volvió en sí,
sin dejarse vencer por el martirio,
siguió declamando con la fuerza
de un implacable gladiador.
Los ojos del auditorium brillaban
como un inmenso rocío
que llegaba al corazón.
Era el mejor momento de la poesía.
Cuando el maestro, poeta y luchador social
como puma en alto
apoyado en el oratorio
inclinando su cabeza
para rematar su última metáfora.
Se escuchó del fondo,
una soterrada y aguardientosca voz
de esos que nunca faltan
que amparada por la oscuridad,
provocadoramente gritó:
¡¿Por que tú poesía es triste?!
¡Eres un resentido social!
¡Eres un renegado!
El maestro poeta y luchador social,
calló.
El auditorium también se sorprendió
y cuando todo parecía acabar...
con esas fuerzas
que solamente tienen aquellos
que tienen una inagotable reserva moral.
sucedió lo inesperado.
El maestro, poeta y luchador social
como si nada hubiese ocurrido
no hizo caso tamaña provocación
levantó su cabeza siguió y avanzó.
El auditorium impresionado y atiborrado
siguió escuchando la hermosa poesía
del maestro, poeta y luchador social.
Que se entregaba
con toda su fuerza y energía
en lo mejor de su oratoria
hasta nuevamente gozar
de la palabra,
convertida en rayo.
Pero
El maestro, poeta y luchador social
con su voz entrecortada
por el mustio sable de la injusticia
que atragantaba al declamador.
Paró, momentáneamente,
no podía más...
todos miraron al poeta
vestido de luces y de hialino transparente
cuando iba a callar...
sacó fuerzas...
iba a parar...
pero siguió
El auditorium no podía
ni siquiera imaginárselo;
algo tenía que suceder
todo el auditorium boquiabierto contemplaba,
escuchaban su voz esperanzadora
y él los miraba a todos muy tiernamente.
y desafiando dijo:
- ¡Si, mi poesía es triste!.
¡y qué!
porque la realidad,
-ahora- es triste
y el artista popular tiene que reflejar,
no solamente eso, sino el nuevo amanecer
de un pueblo
que inexorablemente se levantará
para desafiar a los monstruos
de la clase dominante.
La respiración del público se paralizó
ninguna estrofa fue olvidada,
toda la prosa fue terminada y al terminar su última parte
lo hizo tan bien
que el auditorium rompió el silencio
para desembocar en la placidez
e ímpetu del poema largo, sensible y social,
que todos escucharon hasta llegar al delirio.
El maestro, poeta y luchador social
alcanzó la gloria, arañó el cielo
su nombre corre por todo el arenal
cuya compañía es la luna, el viento,
la neblina, la estera y los niños
para jugar dulcemente con el tiempo,
el rocío y el sol.
El maestro, poeta y luchador social
Es el nuevo símbolo del hombre nuevo y
de un mañana mejor.
Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;
caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
(Antonio Machado)
¿Porqué no quieren que camine?
Si sólo soy un maestro
que quiero llegar al sol
entre tantos muertos.
¿Porqué cortan mis venas?
Si sólo canto coplas de justicia social.
¿Porqué tanto miedo?
Si sólo soy un maestro.
Dejadme partir que encenderé
cientos de fogatas de amor y esperanza
que es la razón de mi existir
además nunca me fui de tu lado
siempre estuve a tu costado.
MAESTRO COMPAÑERO
En las altas cordilleras
blancas de niebla y de frío,
así es el ande milenario
así es el Ande Frío.
Allí el metal del cerro
Plagado de todo forastero
Siempre sueña
como buen timadero pagarnos
con nuestro propio dinero
Donde existen
espléndidos dolores
y toda clase de enfermedades.
Donde todo
es un camino al gólgota
de la vida agobiada y lastimera
donde el témpano
entra al hueso frío
para convertirse en fuego
y ardor
para un nuevo fragor
del bramido del hombre andino
donde la voz del maestro
es singular y
siempre es escuchada
Allí el maestro
que es tu compañero
comparte ese dolor lastimero
Allí buscan un pan
arañando el fin de la tierra aquellos mineros,
aldeanos, labriegos y alpaqueros
que viven días lastimeros.
Maestro andino
maestro de la selva
maestro minero
maestro alpaquero
maestro paria
pronto vendrá la manumisión del grito
andino que quiere justicia y libertad.
NUESTRO CANTO
Soy un cantor
que canta coplas del alma
que estallan en mi corazón.
Soy un cantor
que quiere callar el silencio.
Soy una cantor
de sueños postergados.
Soy un cantor
que no se queda callado.
soy un cantor
que no se queda a un lado. Porque pronto ha de llegar
el fragor de un nuevo tiempo.
Y cuando lleguen
esos días
seré un cantor de un solo canto
que cree en la locura
y en la esperanza
porque nuestro será
el sol,
el agua,
el cielo,
el mar,
la tierra,
los pájaros
y nuestro canto.
MAESTRO POETA Y LUCHADOR SOCIAL
Es bueno el silencio y el dolor
para escuchar el grito del alma
para arrancar lágrimas y verlas rodar por las mejillas...
(Juan Alberto Castro)
Había una vez
un gran maestro, poeta y luchador social.
Todos decían que era de una clase rara
hasta decían que su especie
estaba en extinción.
Con sus manos limpias
moldeaba la arcilla de barro
por un futuro mejor.
Su canto
era su única carta de presentación.
Un amanecer de frío otoñal ,
sus colegas,
sus alumnos y padres de familia,
discípulos todos de él
lo recepcionaron y lo ovacionaron
por sus sabias enseñanzas.
fue tan aplaudido
que él se sintió inmensamente feliz
pero nunca perdió su humildad.
Otro día en una velada resplandeciente
el maestro, poeta y luchador social
con el poemario en mano alta
comenzó a declamar
sus versos de fuego lumbre.
Todos atónitos escuchaban
con ojos casi brillosos
como nueva aureola
de un nuevo amanecer.
La manera
como el auditorium pletórico
escuchaba era inarrable.
Había un silencio infinito
sólo se escuchaba la voz potente
del maestro, poeta y luchador social
verso tras verso
estrofa tras estrofa
prosa tras prosa
rima tras rima.
Sus palabras parecían tener aroma
de rosas, geranios, claveles
todos bermejos encendidos de rubí.
sus poemas eran largos,
directos y muy sencillos.
El poeta gustó
el auditorium atiborrado
también lo aceptó.
Cuando estaba en la mitad
de lo mejor de su oratoria
y cuando el auditorium se encontraba
en lo más alto de su limbo gozoso,
el poeta calló,
sus ojos se oscurecían y se humedecían.
Se le nublaban por la metáfora suplicia y desgarradora
pero también inmensamente esperanzadora.
El maestro, poeta y luchador social
respiró hondo y volvió en sí,
sin dejarse vencer por el martirio,
siguió declamando con la fuerza
de un implacable gladiador.
Los ojos del auditorium brillaban
como un inmenso rocío
que llegaba al corazón.
Era el mejor momento de la poesía.
Cuando el maestro, poeta y luchador social
como puma en alto
apoyado en el oratorio
inclinando su cabeza
para rematar su última metáfora.
Se escuchó del fondo,
una soterrada y aguardientosca voz
de esos que nunca faltan
que amparada por la oscuridad,
provocadoramente gritó:
¡¿Por que tú poesía es triste?!
¡Eres un resentido social!
¡Eres un renegado!
El maestro poeta y luchador social,
calló.
El auditorium también se sorprendió
y cuando todo parecía acabar...
con esas fuerzas
que solamente tienen aquellos
que tienen una inagotable reserva moral.
sucedió lo inesperado.
El maestro, poeta y luchador social
como si nada hubiese ocurrido
no hizo caso tamaña provocación
levantó su cabeza siguió y avanzó.
El auditorium impresionado y atiborrado
siguió escuchando la hermosa poesía
del maestro, poeta y luchador social.
Que se entregaba
con toda su fuerza y energía
en lo mejor de su oratoria
hasta nuevamente gozar
de la palabra,
convertida en rayo.
Pero
El maestro, poeta y luchador social
con su voz entrecortada
por el mustio sable de la injusticia
que atragantaba al declamador.
Paró, momentáneamente,
no podía más...
todos miraron al poeta
vestido de luces y de hialino transparente
cuando iba a callar...
sacó fuerzas...
iba a parar...
pero siguió
El auditorium no podía
ni siquiera imaginárselo;
algo tenía que suceder
todo el auditorium boquiabierto contemplaba,
escuchaban su voz esperanzadora
y él los miraba a todos muy tiernamente.
y desafiando dijo:
- ¡Si, mi poesía es triste!.
¡y qué!
porque la realidad,
-ahora- es triste
y el artista popular tiene que reflejar,
no solamente eso, sino el nuevo amanecer
de un pueblo
que inexorablemente se levantará
para desafiar a los monstruos
de la clase dominante.
La respiración del público se paralizó
ninguna estrofa fue olvidada,
toda la prosa fue terminada y al terminar su última parte
lo hizo tan bien
que el auditorium rompió el silencio
para desembocar en la placidez
e ímpetu del poema largo, sensible y social,
que todos escucharon hasta llegar al delirio.
El maestro, poeta y luchador social
alcanzó la gloria, arañó el cielo
su nombre corre por todo el arenal
cuya compañía es la luna, el viento,
la neblina, la estera y los niños
para jugar dulcemente con el tiempo,
el rocío y el sol.
El maestro, poeta y luchador social
Es el nuevo símbolo del hombre nuevo y
de un mañana mejor.
si alguien escucha al profesor será otro profesor solo los congresistas en el video apyaron por una...
YOUTUBE.COM|DE RUBENQDOCENTE
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