En mayo de 1988, García hizo apología a SL durante su discurso de clausura del VII Congreso de la Juventud Aprista. En esa ocasión, expresó su admiración por el fanatismo de Sendero Luminoso. "Sendero Luminoso tiene militantes activos, entregados, sacrificados, equivocado o no, criminal o no, el senderista tiene lo que nosotros no tenemos: mística y entrega. Es gente que merece mi respeto y personal admiración porque son, quiérase o no, militantes".
El corrupto y genocida aprista no sólo hizo público este reconocimiento sino que además expresó el deseo de contar con elementos similares dentro del partido aprista. García afirmó: "Mueren gritando asesinos a los que los matan, como ocurrió en Lurigancho. Cómo no vamos a admirar esto, compañeros. Yo sí. En términos internos y nuestros siento admiración. Cómo no tuviéramos ese tipo de militantes". (La apología de Alan García por S.L)
Por: Mirko Senda
Imitando a Nerón Alan García quiere incendiar La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asesinar las ideas de libertad y paz con justicia social que anida en los jóvenes universitarios. La derecha no descansa aprovecha el más mínimo descuido de los peruanos para arremeter infligiéndole miedo, mentiras y manipulación, LOS CAPOS DEL TERRORISMO DE ESTADO, han sofisticado sus métodos represivos, no le basta el paramilitarismo, el asesinato de indígenas, reprimir o torturar a indefensos jóvenes y estudiantes que piden verdadera democracia, dignidad y que reclaman sus dignos derechos, ahora los apristas penalizan las ideas, manosean la amnistía para la impunidad y condenan mediáticamente a todo peruano que los desmienta y denuncie sus patrañas.
Quédese bien claro, el Apra le ha declarado la guerra al pueblo peruano. Militarizar las universidades es aniquilar a la vanguardia del saber, construir marionetas profesionales, zombis políticos y proscribir el futuro que heredaran los jóvenes y estudiantes.
Los neoliberales pretenden embrutecer a la patria a través de una guerra más cruel, mas sádica, mas incontrolable que la misma guerra que libramos en las décadas de los 80 y 90, ni acuerdo de paz ni amnistía tienen un valor, la CVR (Comisión de la Vedad y Reconciliación) en sus conclusiones no vinculantes obviaron en los orígenes y causas de la violencia política, abundaron en un simplismo testimonial de injusticias en las fauces de la corrompida justicia peruana. La que dejo limpio al criminal Clemente Noel, la que no investigo la matanza de Ucchuraccay, Cayara, Accomarca, El Fronton, Lurigancho, Bagua, la que fue incapaz de investigar y condenar a los culpables del Dólar MUC, las cuentas secretas del Gran Caimán, los sobornos del tren eléctrico, los miragsh, las concesiones mineras, el robo del Gas y petróleo por las transnacionales, la incapaz de investigar y condenar con contundencia los personajes de los Vladivideos y petroaudios, los robos en COFOPRI, PRONA, la que permitió la liberación del corrupto Crousillat, la que guarda silencio cómplice ante los más de 80 muertos durante este corrupto gobierno aprista, la que guarda silencio cuando el ladrón Alan García Pérez sustrajera ilegalmente 2’750, 736.43 soles por indemnizaciones y sueldo atrasados cuando se fugo del país, el robo de más de 51 mil dólares del congresista Alvaro Gutiérrez, los más de 100 delitos que tiene el Alcalde de Chimbote el aprista Valentín Fernández, étc, etc.
Mal hacen los algunos rectores, catedráticos y estudiantes al caer torpemente en el juego mediático supuestamente antiterrorista, todos sabemos adónde van los tiros, desprestigiar a la universidad pública para privatizarla, los precarios presupuesto lo confirman, la corruptora universidad Alas Peruanas lo demuestran. Es urgente que la ley universitaria necesita ser revisada, consensuada y legitimada directamente por todos los estamentos universitarios. La universidad como creación del pueblo se debe al pueblo, cuna de las batallas de las ideas, el arte y la tecnología no debe claudicar en la defensa de la dignidad del hombre y en la búsqueda de su constante bienestar. De ella salieron hombres dignos y libres entregados al sacrificio por su lealtad y amor al Perú, de ella marcharon jóvenes entregados a la búsqueda de la verdad, solo la historia, la verdadera historia sabrá condenarlos o absolverlos por lo que creyeron justo y democrático para todos.
Los jóvenes y estudiantes reclamamos una respuesta contundente de la FEP (Federación Universitaria del Perú) ante las múltiples infamas y diatribas de los apristas, liderar una lucha tenaz mas allá de la divergencia ideológica, abrir un punto de encuentro y confianza entre los universitarios que la cuestionan por ser coladero de soplones y oportunistas torpemente monitoreada por Patria Roja, es el momento de ¡Coherencia y Lealtad!.
Alertado de que este articulo será considerado como apología al terrorismo, que se me acusara de mil infamias, me adelanto a mi análisis concluyente: Sendero Luminoso ya no existe, su derrota militar fue total sus equivocaciones en el análisis de la sociedad peruana y la escena política internacional hacen imposible su resurgimiento, los remanentes en el VRAE solo son elementos de la gran conspiración en el tablero de contención diseñado por la oligarquía y la derecha para detener el avance popular y justificar su crímenes, es decir hacerse necesarios para mantener la falsa paz y la nauseabunda democracia de un Estado caduco.
Que los jóvenes estudiantes y profesores de la Universidad Mayor de San Marcos pidan amnistía a presos de conciencia o libertad a los presos políticos es un acto para reflexionar sobre una herida jamás cicatrizada, solo la estupidez puede hacernos creer que pedir amnistía a los prisioneros de la guerra interna es un acto de apología del terrorismo, son falsos los argumentos, oportunistas los mediocres que la avivan e hipócritas los políticos que mandan a asesinar a las FF.AA a indefensos campesinos, mineros, indígenas, líderes populares y estudiantes, jamás olvidaremos la matanza de los 9 estudiantes y profesor de la Cantuta, los cuerpo mutilados de más de 35 estudiantes de la Universidad Nacional del Centro del Perú (Huancayo), los centenares de jóvenes universitarios torturados, desaparecidos e injustamente encarcelados de la universidad San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), la Universidad Nacional de Ingeniería, de la Universidad Faustino Sánchez Carrión (Huacho) y de otras más cuyos familiares aun exigen memoria y justicia para que tales crímenes no vuelvan a ocurrir.
Para la juventud y los estudiantes del Perú el Apra se ha convertido en una banda marginal de criminales a sueldo de la oligarquía, sin ninguna base política, su falsedad ideológica esta en sus orígenes traidores, no tienen escrúpulos para comprar voluntades, por desgracia aunque sean convictos y confesos ladrones baratos, la banda aprista dispone de presencia en el poder judicial, en las instituciones del Estado, cuenta con redes estables de chantaje y reclutamiento, de financiamiento mal habido y de medios de difusión de sus demagógicas consignas.
Sería interesante ver quien condena al obispo del diablo Cipriani cuando dijo: “los derechos humanos son una cojudez…” o escuchar a los aprista hablar de apología cada vez que el ministro de Defensa, Rafael Rey, defiende a militares condenados y procesados por violaciones de derechos humanos, sin importarle abogar por dos de los generales, Julio Salazar Monroe y Juan Rivero Lazo, sindicados como jefes del Grupo Colina, el escuadrón de la muerte que actuó durante el gobierno de Alberto Fujimori, todo lo tienen matemáticamente calculado asesorados y protegidos por la C.I.A su impunidad está asegurada.
Es preciso remarcar que la violencia política es producto de una crisis estructural, de una corrompida clase política, de una persistente abismal desigualdad económica, de una profunda crisis moral e identidad nacional que aqueja a la sociedad peruana, es cierto que los movimientos que insurgieron en los 70 y 80 sufrieron una derrota irreversible, pero mientras subsistan las causas que los motivaron siempre será caldo de cultivo para que otros se vean en la necesidad de insurgir como consecuencia natural de tales condiciones en defensa de la patria y de los peruanos.
Pedir la amnistía para los presos de conciencia o prisioneros políticos, no es ninguna osadía ni mucho menos atenta contra la democracia, muy por el contrario liberarlos afirma el carácter democrático de una sociedad que es capaz reconciliarse en la búsqueda de la verdad, corregir y cambiar lo que el sentido patriótico y la voluntad de la inmensa mayoría de los peruanos demande.
Luchar contra el terrorismo es una obligación de todo demócrata, por ello denunciar el terrorismo de Estado en el Perú, es reconocer el enorme daño infligido a nuestra sociedad especialmente a los jóvenes y estudiantes que cargan las secuelas que han de prolongarse a lo largo de sus vidas, aquí las únicas víctimas son el pueblo y sus fuerzas armadas unas defendiendo a todos los peruanos y las riquezas al servicio de la patria y los otros a un pequeño grupo de oligarcas que los utiliza como mercenarios.
La amnistía no debe ser menoscabada por la impunidad, como lo pretenden los apristas y la derecha toda, bajo ningún argumento es igual el trato a los presos de conciencia o prisioneros políticos con los políticos ladrones, traidores, mentirosos y serviles, estos últimos merecen todo el desprecio y la condena unánime de los peruanos a los primeros la sociedad tiene una deuda pendiente con ellos, por cuanto fueron capaces de entregar sus sueños, su vida y sacrificarlo todo por la dignidad y bienestar de todos. Hacen bien los universitarios en pedir amnistía, es legitimo y legal lo ampara el derecho internacional, estudiantes y profesores han tomado una actitud valiente, han roto el libreto imperialista, le han dado sentido a la unidad universidad – pueblo, han templado la trinchera universitaria para defender a los hijos del pueblo y proyectan una sensación que en las universidades no hay cobardes, pusilánimes que no hay espacio para advenedizos oportunistas y soplones, sino que hay hombres dignos que luchan y lucharan por la dignidad de todos.
Todos los peruanos debemos entender que el sufrimiento y abandono de los presos de conciencia o prisioneros políticos, es una de las expresiones más inequívocas del mal, la indiferencia y el olvido es sombra de complicidad que más temprano que tarde puede volver a envolvernos en un espiral de dolor y sangre. El apra es el origen del mal, el terrorismo de Estado debe ser combatido sin tregua, estudiantes, pueblo organizado y FF.AA. progresista están convocados a demostrar dignidad y libertad. Solidarizarse y apoyar una amnistía para los presos de conciencia o prisioneros políticos es una actitud revolucionaria para que nadie quede atrás.
Por nuestros hombres valientes, privados de libertad mas no de Dignidad
Por todas las victimas de corrompido Estado peruano
Por justicia y cárcel a los que reprimen al pueblo
Por libertad, dignidad y plena autonomía de la Universidades
Todo el poder y el amor del pueblo, para que estemos todos,
faltan los presos y no los olvidamos!!