La novena jornada de movilización contra la reforma laboral fue todo un suceso. La marcha estuvo compuesta por sectores autónomos, de estudiantes, de trabajadores organizados contra la reforma laboral, con enormes bloques de las centrales sindicales, CGT y FO. La manifestación fue entorpecida por el dispositivo policial y sus carros lanza agua.
Francia
Miércoles 15 de junio | Edición del día
El ambiente en la manifestación parisina fue de lucha, ciertamente la más grande en tres meses de movilización contra la reforma laboral.
Ante el aumento de la represión…
La marcha abarcó kilómetros, decenas de miles de personas. Dentro de ellos, los huelguistas ferroviarios, trabajadores postales, estudiantes, los sectores autónomos, personal de la educación nacional, trabajadores sociales, colectivos de parados y precarios, y muchos manifestantes se sumaron en bloques combativos.
La marcha avanzó de manera lenta, extremadamente lenta, retenida por el dispositivo policial. A la altura del metro Vavin, se produjeron los primeros incidentes en la cabeza de la marcha, donde la policía lanzó gases y flashballs. Entre los heridos, dos manifestantes cayeron al suelo y tuvieron que ser atendidos. Unos minutos más tarde, a nivel del metro Duroc, delante de la manifestación cerca de su destino final, la policía utilizó sus carros lanza agua contra los manifestantes.
Si bien nunca se han utilizado en París desde el comienzo del movimiento, los cañones de agua, con otras flashball y gases lacrimógenos, sí han sido utilizados en Nantes y en Rennes, como parte del arsenal de guerra habitual contra las manifestaciones. Por la tarde, los titulares de los principales periódicos decían “desordenes y enfrentamientos”- el doble asesinato de Magnanville, no dejó mucho espacio para cubrir la protesta social- los periodistas aparecían rara vez.
…Los gigantescos bloques de las centrales sindicales
En efecto, cuando los primeros manifestantes llegaban hasta Place d’Italie, la marcha todavía continuaba. Los bloques de las centrales CGT y FO, marchaban bulliciosos y combativos, continuaron con la manifestación a pesar de las heridas, los gases lacrimógenos y chorros de los carros lanza agua.
La densidad de personas fue impresionante. En la inmensa franja roja de la CGT y FO, un distintivo tradicional de las marchas ferroviarias, de los conductores, de los trabajadores de limpieza, de los hospitales, de la metalurgia, de las automotrices, como Renault, entre otros.
Entre lo más remarcado, los estibadores vinieron de todas partes de Francia. En un ambiente estridente, ellos marcharon en masa. El estibador de la CGT de Burdeos, F. asegura que “en Burdeos, el 99% de los estibadores están en huelga”, y que son varios miles -“cerca de 8000 portuarios” según él- por las calles de París, también vinieron de Marsella, de Havre, de Lille.
“Si el movimiento se estuviera cayendo, nosotros no estaríamos aquí”
Para muchos, la consigna no ha cambiado: movilización hasta la retirada de la reforma laboral. “Martínez, puede ir a negociar, pero seguiremos movilizados” afirmó un trabajador de la función pública, afliado a la CGT. “Si el movimiento se estuviera cayendo, nosotros no estaríamos aquí”, L. trabajador retirado de la metalurgia, a sus 85 años no tiene miedo a la manifestación: “Yo se por qué me estoy manifestando. Los despidos, yo también los viví”.
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