La lucha de nuestros hermanos nativos, que emulando la combatividad y la unidad de los moqueguanos, ha logrado que la mayoría de los miembros del congreso votaran por la derogatoria del principal decreto ley, por que aún hay otros, que pretendía poner en venta al mejor postor sus tierras, significa una alegría para todos los que nos sentimos participes de sus aspiraciones. Sin embargo, la alegría que desbordó las calles y plazas de nuestra amazonía no debe ser motivo para perder de vista las intenciones que el gobierno aprista y los grupos de poder económico tienen para insistir en sus objetivos. Ya lo manifestó Jaime Cáceres, Presidente de la CONFIEP y los principales dirigentes del partido en el gobierno.
Y entonces es necesario tener en cuenta lo siguiente: En la lucha de clases no hay espacio para ilusiones. Mas bien es necesario redoblar la organización, ampliar las alianzas con otros sectores afines a estos problemas (los campesinos de la costa y sierra). Hoy recobra mayor actualidad lo enunciado por José Carlos Mariategui: es decir, la lucha por la tierra es la que debe figurar en lugar destacado en toda plataforma de tipo reivindicativo y de propuesta política.
Otro aspecto que merece comentar es la decisión de la CGTP de abandonar el llamado Acuerdo Nacional. Aunque demoraron mucho en “darse cuenta” que era un organismo para frenar las luchas del pueblo, sin embargo debe servir para ampliar el trabajo de frente único con otras fuerzas sindicales y populares que desde un primer momento demostraron el verdadero objetivo de dicho engendro. Esto debe servir como experiencia para aplicar correctamente la independencia política de clase.
Lo que falta ahora es trazar, no sólo tareas coyunturales sino, una visión de acciones a corto, mediano y largo plazo, teniendo en cuenta lo que significa enfrentar a un gobierno autoritario y represivo, títere del imperialismo y de los grupos de poder económico “nacionales”.
A la luz del Amauta, insistimos en separar en dos vertientes la organización en el campo popular. Una debe ser compuesta por organizaciones sindicales y populares (incluído los jóvenes) con un programa de tipo reivindicativo económico y social (“Frente Único”) y el otro para el trabajo político, propiamente dicho, donde puedan confluir todas las organizaciones partidarias (“Frente Político”).
Hay que garantizar la vigencia del frente único de lucha amplia, ante las posibles pugnas que puedan surgir entre los partidos políticos que, quiérase o no, sus intenciones son las ir ganando presencia para las elecciones del 2011. Con la aclaración que no estamos en contra de sus aspiraciones electorales como miembros de algún partido, pero si de lo malo que pueda ser si esta pugna se traslada a las organizaciones sindicales y populares.
Entonces aquí se va a comprobar la honestidad, tanto de los líderes de las organizaciones sindicales y populares como de los líderes de los partidos políticos. No hay que seguir jugando a ilusionar al pueblo, eso sólo son actitudes demagógicas de los que quieren seguir manteniendo en la pobreza a nuestro pueblo.
Asi mismo, es necesario seguir desplegando las olidaridad activa con los sectores que se encuentran en lucha: médicos, docentes universitarios, personal civil del ejército, trabajadores despedidos, fonavista, construcción civil, vaso de leche, padres de familia por desayunos escolares, etc.
FELIPE TORRES ANDRADE
EX SECRETARIO GENERAL SUTE 14
SAN JUAN DE MIRAFLORES, LIMA, PERU
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