Tras el anuncio del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de llevar a cabo la consulta popular en marzo del 2013, Susana Villarán ha recurrido a sus viejos amigos, los partidos de la izquierda (Patria Roja, Partido Comunista, Partido Socialista, incluso la CGTP y el CEN SUTEP) y a diferentes ONGs buscando blindaje político, también económico, que la ayude a encarar el proceso eleccionario en mejores condiciones.
No acude a las organizaciones vecinales y populares, ni a los sindicatos de dónde provino el vasto caudal electoral que le permitió ser electa como alcaldesa de Lima Metropolitana. Doña Susana sabe que en el magisterio sólo encontrará apoyo de Patria Roja, la organización partidaria que exhibe como su mayor proeza haber secuestrado al SUTEP y los ingentes recursos económicos de la Derrama Magisterial valiéndose de prácticas antidemocráticas (paralelismo sindical, dirigentes fantasmas, clientelaje partidario, rechazo a las elecciones universales, etc.) para servir como perrito faldero del modelo neoliberal que más ha empobrecido los hogares de miles de maestros y de la clase trabajadora en general. Con este nefasto sector, doña Susana no ha deslindado, por lo menos oficialmente.
Ciertamente, la función municipal impone prestar atención inmediata a las demandas más urgentes de la población limeña (seguridad, transporte, reordenamiento comercial, etc.); pero el ser político de las personas no puede ni debe rehuir una posición respecto a la educación pública en Lima Metropolitana y la situación social y profesional del magisterio peruano, como en el caso de la última huelga magisterial, máxime si la educación es también un espacio desatendido por parte de la Región Lima.
¿No sabía Susana Villarán que miles de maestros en huelga abarrotaron las calles limeñas buscando diálogo con el gobierno? ¿Desconocía acaso que decenas de maestras cargando a sus hijos pernoctaban a la intemperie en las afueras del MINEDU viviendo de la olla común, víctimas además del escarnio proveniente del tonto útil René Ramírez y los impresentables Aldo Mariátegui, Jaime de Althaus, Mónica Delta, etc.? ¿No eran el aumento de remuneraciones y la defensa de la Ley 24029 opciones legitimas del magisterio peruano? ¿Y la salvaje represión con la policía montada que provocó el beneplácito de los canales de tv controlados ahora por los socios de Montesinos y Fujimori? ¿Nada de estos hechos puede provocar una posición, un pronunciamiento de la alcaldesa que ganó con los votos del magisterio limeño? ¿Y la solidaridad, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos que a diario exhibe verbalmente doña Susana, donde quedó todo eso?.
El oportunismo y el silencio interesado restan valor a la política. Cuando se asume el silencio y la indiferencia frente al atropello a los débiles ya no es la política un valor, sino un medio, un instrumento para Dios sabe qué intereses. Las muertes de La Parada se ubican en eso.
En julio del 2010 el SUTE 14 tuvo a bien acoger a Susana Villarán en ocasión de las celebraciones por el Día de Maestro cuando no tenía lugar en las preferencias electorales. Frente a la arremetida de la mafia fujimontesinista (Kouri) no dudamos en respaldar su candidatura y numerosos maestros esforzadamente apoyamos como personeros en numerosas mesas de Lima Metropolitana que coronó su victoria en octubre de ese año. De ahí al presente, el silencio y la indiferencia provino de Susana Villarán. No dudamos que la revocatoria la promueven grupos empresariales corruptos vinculados a Castañeda y Comunicore, además de la extrema derecha mediática capitaneada por Aldo Mariátegui. Pero, para enfrentar a los dueños del capital lo recomendable políticamente es tener raíces en el tejido social.
El advenimiento de la consulta popular impone a Susana Villarán asumir una necesaria autocrítica y una readecuación de su relación con las organizaciones populares, vecinales, sindicales, colectivos, etc. que aún creen en una nueva forma de hacer política en el país, claro si todavía piensa que es posible establecer una nueva correlación de fuerzas del poder en el país. Acérquese a los maestros doña Susana y asuma la política de cara a los maestros. Díganos que propone en el tema educativo, agenda que su administración viene postergando ad infinitum, pese a ser su promesa en julio del 2010. Escuche a los maestros. Hágalo personalmente, pero no nos envíe a los impresentables operadores de Patria Roja o de "Lima Para Todos" (Amado Oliva, Bernardo Huamaní, Víctor Jara, etc.). Con ellos tiene asegurada su derrota en Lima
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