En definitiva el SUTEP encabezado por Patria Roja ha quedado fuera de escenario luego de la huelga magisterial del 2012. Sus dirigentes no son representativos, ni gozan de la legitimidad proveniente de las bases. La reciente "elección" de Hanmer Villena como Sec. Gral. del SUTEP provoca aplausos provenientes del gobierno y de quienes sostienen el modelo neoliberal entre ellos los medios de comunicación que batallaron contra la huelga magisterial. El Comercio y La República se han encargado de publicitar este prolongado re-enganchamiento dictatorial de Patria Roja en el sindicato magisterial por razones decisivamente económicas y comerciales. Recordemos que la Derrama Magisterial es uno de los principales clientes del diario de la Familia Mohme y la constructora Graña y Montero (uno de los propietarios del El Comercio) tiene poderosos negocios con la Derrama Magisterial en el tema de la construcción de edificios en diferentes lugares del interior del país. A Patria Roja lo sostiene sólo el gobierno y sus peones de turno.
A nivel de las grandes ligas, a la cual ha entrado Patria Roja, la política se juega así. De un lado, un discurso anticapitalista, antineoliberal que provoca temores infundados en la derecha bruta y achorada (aquella que se llena de pavor incluso con Susana Villarán), incluso proponen una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución a la cual llaman UNA NUEVA REPUBLICA (Vea los ultimos pronunciamientos del Partido Comunista PC del P y ahora del MAS de Goyo Santos) como si la Constitución de 1993 no les haya servido a Patria Roja para acumular el vasto patrimonio a través del SUTEP consistente en negocios inmobiliarios, hoteles, universidad propia, centros de esparcimientos, etc. De otro lado, un férreo control sobre los recursos económicos de miles de maestros a través del más grande emporio financiero, Derrama Magisterial, creado gracias a los descuentos mensuales sobre los esmirnios ingresos del magisterio peruano, cuyo control sólo es posible excluyendo la democracia interna y las elecciones universales, privilegiando los pactos silenciosos con los últimos gobiernos, incluido Ollanta Humala. Esta gavilla de seudoizquierdistas y cerriles defensores del modelo neoliberal no representa más al magisterio. Mientras, las bases demandan una nueva dirección, un nuevo espacio para el despliegue de sus fuerzas. Se impone entonces un nuevo esfuerzo centralizador del magisterio peruano, como ocurre en Argentina, Chile, Paraguay donde el magisterio decide libremente a que sindicato pertenecer y estos gozan de iguales condiciones para tratar con sus respectivos gobiernos.
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